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miércoles, 26 de diciembre de 2012
EL SONIDO DEL CUENCO: OM
Además del sonido que se logra al golpear el borde del cuenco con la baqueta, puedes hacer «cantar al cuenco». Se le llama así al sonido que emite el cuenco al pasar una baqueta de forma vertical por el borde de su contorno mediante una presión continuada hasta lograr que emita un especial y agudo sonido.
Para ello es conveniente utilizar una baqueta de madera a la que previamente se habrá forrado con una tela como, por ejemplo, piel de gamuza (de venta en tiendas especializadas para el curtido de pieles, material para artesanos zapateros, etc.). De esta manera evitaremos que la madera sin forrar resbale sobre el borde del cuenco y produzca distorsiones en el sonido.
Podrás comprobar que este sonido va más allá de la realidad. Si lo dejas sentir con los ojos cerrados, notarás cómo su energía sonora toma forma en espiral ascendente, ya que ésta es la manera en la que muchas personas logran entrar en trance y conectar con realidades paralelas expandiendo su percepción. Por otra parte, también hay personas a las que les resulta excesivo el sonido tan agudo que emite el sonido del cuenco cantor y prefieren sin ninguna duda el sonido que emite al golpear su borde.
GIRAR EN SENTIDO HORARIO
Puedes hacer cantar el cuenco tanto en sentido horario como antihorario. Es decir, girando la baqueta de madera por el borde externo del cuenco sin levantarla, hacia la derecha o hacia la izquierda.
En sentido horario activamos la energía, expandimos, invocamos ayuda a los planos superiores de conciencia y ampliamos nuestra propia percepción interna.
El sonido que surge es expansivo.
Este sonido, en cuanto a la sanación equilibra nuestro campo electro-magnético o aura, lo vigoriza y le da energía. Sentiremos cómo nuestros centros vitales o chakras se armonizan y cómo se da una especial expansión de nuestro chakra corona.
GIRAR EN SENTIDO ANTIHORARIO
Cuando hacemos sonar el cuenco con la baqueta en el sentido contrario de las manecillas del reloj, lo que hacemos es atraer la energía hacia dentro; es ideal para concentrarnos.
De esta manera podemos limpiar nuestra aura de energías parasitarias o de vibración lenta, estancada o bloqueada en alguna parte de nuestro cuerpo tanto en el aura como en la energía interna, es decir la energía que puede haberse acumulado en forma de molestia o dolor en alguna de nuestras vísceras, órganos o sistemas.
Éste es el principal motivo por el que ante un dolor muscular o de cabeza, cuando es de tipo energético, en la mayoría de ocasiones no se obtiene ningún diagnóstico a pesar de habernos hecho pruebas o análisis y sin embargo el dolor o molestia sigue estando presente, notaremos que al pasar el sonido del cuenco alrededor de la zona afectada, iremos notando cómo pueden aliviarse e incluso desaparecer dichas molestias.
En este sentido, cuando la zona que nos causa molestias esté situada en una parte del cuerpo donde nos resulte fácil y cómodo aplicarnos el sonido del cuenco, sólo tendremos que hacerlo sonar y dirigir el sonido hacia dicha zona, dejando que el efecto armonizador de la vibración del cuenco, repare el desequilibrio de la energía, para lo cual permitiremos que el sonido sea «absorbido» por completo, esperando que finalice la vibración para emitir de nuevo otro golpe sobre el borde del cuenco con la baqueta que hayamos elegido para tal fin.
En el caso de que la zona que queramos tratarnos no esté al alcance o comodidad de nuestros brazos (la zona de la espalda por ejemplo) tendremos que pedir a otra persona que nos realice esta sencilla terapia vibracional tras indicarle cómo debe realizar el golpe o tañido del cuenco según sea nuestra preferencia.
Por supuesto que esta forma de aplicación del sonido del cuenco es un remedio puntual y temporal que no sustituye en modo alguno al hecho de recibir una sesión completa de sonido de cuencos tibetanos de manos de un terapeuta especializado en el sonido del cuenco.
Fuente: Manual de aplicacion de los Cuencos Tibetanos (Nina Llinares)
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